El grupo había madrugado para aprovechar el domingo y evitar el calor del mediodía. Los ciclistas circulaban por la carretera que une Ciutadella y Mahón, la general, cuando a la altura del cruce de Son Bou, un coche que se dirigía en dirección a Mahón invadió el carril contrario y se les echó encima. El vehículo, en el que viajaban dos jóvenes de 21 años, atropelló a los cuatro ciclistas; luego choco contra una valla de seguridad y acabó incendiándose. Sus ocupantes lograron escapar de las llamas por su propio pie. Eran las 7.30 de la mañana.
Dos de los atropellados murieron en el acto debido a las gravísimas lesiones y traumatismos sufridos. Tenían 59 y 48 años y ambos eran vecinos de Mahón. Los otros dos ciclistas resultaron heridos de carácter leve y fueron trasladados al hospital Mateu Orfila de Mahón. Uno de ellos de 40 años, también vecino de esa población menorquina sufrió un ataque de ansiedad al ver a sus compañeros muertos sobre la calzada. Poco después fue dado de alta.
Alcoholemia negativa
El otro herido, de 46 años, que vive en el municipio de Alaior (término municipal en el que tuvo lugar el siniestro) presentaba una fractura del tobillo izquierdo y ayer seguía ingresado en el centro sanitario. No obstante, no estaba previsto que tuvieran que operarlo, según informaron fuentes del hospital a Ep.
Los dos jóvenes que viajaban en el coche también resultaron heridos leves. El conductor, de 21 años y residente en Barcelona, fue atendido en el mismo hospital que las víctimas por un esguince cervical aunque fue dado de alta poco después.
Los agentes de la Guardia Civil que acudieron al lugar del siniestro, situado a la altura del desvío hacia Son Bou, practicaron la prueba de alcoholemia al conductor. Según el director insular de la Administración General del Estado, Javier Tejero, no habían trascendido los resultados, aunque otras fuentes señalaron que el joven dio negativo en dicha prueba. Los agentes barajaban ayer la hipótesis de que el causante del accidente se hubiera quedado dormido o hubiera sufrido un deslumbramiento por el sol.
El 112 alertó a los servicios sanitarios, Guardia Civil, Bomberos, Unidad operativa de Emergencias y Policía Local de Alaior. También acudieron dos psicólogos de Cruz Roja para atender a los familiares de los fallecidos y a uno de los ciclistas heridos, que sufrió un ataque de ansiedad. Asimismo se desplazó al lugar el juez de guardia, que ordenó el levantamiento de los cadáveres.
Este fue uno de los dos siniestros más graves que se han producido desde el viernes a las tres de la tarde hasta las 20 horas del domingo, en la primera gran operación de tráfico de agosto.
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