Llevamos una semana con un tiempo muy revuelto, lluvia y frío, lo peor para entrenar en carretera. Muchos ciclistas, tras el parón de octubre, comienzan a ejercitarse en el gimnasio compaginándolo con varias salidas en carretera. Ahí tenemos el problema. No es el tiempo ideal para salir a rodar. “Con temperaturas de menos de 10º C y lloviendo es mejor no salir a entrenar”, “Así lo único que puedes coger es una pulmonía”, La mejor solución: el rodillo, algo aburrido para muchos o para casi todos. Es verdad que a muchos nos ha pillado la lluvia entrenando y, en esos momentos, ya da igual, el cuerpo está caliente y puedes seguir. Lo duro es salir cuando ya está lloviendo.
La preparación invernal en lugares más calidos es lo más común entre corredores. Buscar el calor. Todavía no es momento de momento de rodar como en primavera, en la que las jornadas superan las cuatro horas o cinco, pero dentro de apenas un mes, los entrenamientos deben ser de fondo. Como se dice “Mejor cantidad que calidad”. También influye la preparación de cada corredor. Unos se preparan para comienzos de temporada, por lo que los entrenamientos los tienen que adelantar al máximo para llegar al primer pico de forma en febrero, cuando comienza la batalla. Otros, en cambio, se ejercitan para mayo, por lo que su preparación en esta época no cebe centrarse tanto en la carretera, eso sí, tienen que salir a rodar.
Sin parar
La temporada de un ciclista es larga, no sólo de febrero a septiembre como ven algunos –época europea de carreras-, ya que para estar en forma en esas fechas se deben entrenar desde noviembre. Además, como explicamos en algún otro post, el entrenamiento no lo es todo. La alimentación y los hábitos también son fundamentales.
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